Los aviones de hidrógeno han sido durante décadas una ambición tecnológica, que hoy cobra mayor relevancia ante la necesidad global de avanzar hacia una aviación sostenible y con cero emisiones. En este contexto, el hidrógeno se posiciona como una de las soluciones más prometedoras para contribuir a la reducción de emisiones en el transporte aéreo, sin comprometer el rendimiento operativo ni la seguridad.
Empresas líderes como GKN Aerospace y Airbus ZEROe están impulsando importantes desarrollos que permitirían sustituir gradualmente los aviones propulsados por combustibles fósiles. Se prevé que las primeras demostraciones en tierra de aeronaves de hidrógeno puedan tener lugar en 2025, mientras que los primeros vuelos comerciales podrían ser una realidad en 2035.
Actualmente, la aviación representa aproximadamente el 3,6 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, según datos de la Comisión Europea. La transición hacia modelos energéticos más limpios es, por tanto, urgente y necesaria. En este proceso, el hidrógeno se perfila como una vía viable para lograr una propulsión a hidrógeno eficiente y respetuosa con el medioambiente.
¿Qué son los aviones de hidrógeno y cómo funcionan?
Los aviones de hidrógeno son aquellos que utilizan este elemento como fuente de energía, en lugar del combustible convencional. Su principal ventaja es que permite una combustión limpia, es decir, sin emisiones nocivas de dióxido de carbono, contribuyendo así al objetivo de alcanzar una aviación del futuro más ecológica.
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Actualmente existen dos modelos de propulsión que se están desarrollando:
- Motores por combustión de hidrógeno, en los que se adapta el motor convencional para utilizar hidrógeno como combustible. Este modelo es más adecuado para aeronaves de gran tamaño o vuelos de largo alcance.
- Sistemas de pila de combustible, que permiten generar electricidad a partir del hidrógeno para alimentar un motor eléctrico aeronáutico. Esta opción, cuyos únicos residuos son vapor de agua y calor, se considera ideal para aviones más pequeños o trayectos regionales.
Ambas soluciones requieren importantes avances tecnológicos, tanto en sistemas de almacenamiento como en infraestructuras aeroportuarias y diseño de aeronaves.
La tecnología detrás del cambio
Para que los aviones de hidrógeno se conviertan en una realidad operativa, es necesario el desarrollo de una serie de soluciones técnicas:
- Sistemas de almacenamiento eficientes para hidrógeno líquido, que debe mantenerse a -253 °C, lo que implica el uso de tecnologías de criogenia en aviación altamente especializadas.
- Diseño de depósitos presurizados adecuados para el uso de hidrógeno comprimido, especialmente en aeronaves de menor tamaño.
- Pilas de combustible de alta eficiencia capaces de transformar el hidrógeno en energía eléctrica.
- Nuevas arquitecturas de fuselaje que permitan integrar los sistemas necesarios sin comprometer la aerodinámica ni la seguridad estructural.
Algunas iniciativas destacadas en este ámbito son:
- El proyecto HEAVEN, que trabaja en un sistema de propulsión eficiente basado en hidrógeno para aeronaves eléctricas.
- El programa H2GEAR, centrado en la creación de tecnologías de propulsión a hidrógeno escalables, incluyendo redes eléctricas superconductoras y sistemas criogénicos de última generación.
- La colaboración entre la Universidad de Illinois y la NASA en el marco del proyecto CHEETA, cuyo objetivo es desarrollar un avión totalmente eléctrico con hidrógeno líquido como fuente de energía, y con transmisión energética superconductora para minimizar las pérdidas.

¿Por qué la Unión Europea apoya el desarrollo de aviones de hidrógeno?
Consciente de la relevancia estratégica de esta tecnología, la Unión Europea ha establecido una ambiciosa estrategia europea del hidrógeno para fomentar su desarrollo, distribución y almacenamiento a gran escala. Esta estrategia contempla un conjunto de proyectos europeos de hidrógeno que reciben financiación pública con el objetivo de acelerar su implementación en sectores clave, como el aeronáutico.
El liderazgo europeo en esta materia no solo responde a una necesidad ambiental, sino también a una oportunidad industrial: ser pioneros en tecnologías limpias con gran potencial económico puede consolidar la posición de Europa como referente mundial en innovación sostenible.
Limitaciones de la energía del hidrógeno
Pese a los avances, aún existen desafíos importantes que deben abordarse para garantizar la viabilidad de la aviación del futuro basada en hidrógeno:
- Actualmente, la mayor parte del hidrógeno producido a nivel mundial es «gris», es decir, generado a partir de gas natural mediante procesos que emiten CO₂. La meta es avanzar hacia el uso de hidrógeno verde, producido mediante electrólisis con energía renovable.
- El coste del hidrógeno sigue siendo superior al del combustible convencional, por lo que será necesario desarrollar nuevos modelos de negocio y marcos regulatorios.
- La infraestructura en tierra, tanto en aeropuertos como en centros de mantenimiento, deberá adaptarse para gestionar de forma segura el hidrógeno líquido o comprimido.
La incorporación del hidrógeno en la aviación marca un cambio de paradigma hacia un transporte aéreo más limpio y sostenible. Su desarrollo permitirá una importante reducción de emisiones y fomentará el uso de tecnologías limpias.
Aunque su implementación llevará tiempo, los avances ya están en marcha. Los aviones de hidrógeno tienen el potencial de transformar la industria y liderar la aviación del futuro.
La criogenia en aviación será clave para hacerlo posible, con el apoyo de los principales actores globales en la construcción de una aviación sostenible y eficiente.

Cryospain: ingeniería criogénica al servicio de la aviación del futuro
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- Comprometidos con la descarbonización del transporte, aplicamos nuestro know-how al sector de la aviación y, cada vez más, a la industria aeroespacial, que busca alternativas más limpias como el hidrógeno.
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